Problemas comunes de ortodoncia y cómo afectan a tu sonrisa
Casi nadie nace con una sonrisa perfecta: la mayoría de la gente experimenta algún nivel de maloclusión o «mala mordida». Estos problemas ortodóncicos pueden afectar a la masticación, el habla, la higiene bucal y el aspecto general. Aunque algunos problemas de mordida son hereditarios, otros pueden desarrollarse por chuparse el dedo, enfermedades dentales, malos hábitos orales, lesiones, defectos congénitos o afecciones médicas. La maloclusión también puede provocar molestias a largo plazo y contribuir al dolor de mandíbula, los dolores de cabeza y el desgaste dental.
El Dr. Sam Waddoups está especializado en diagnosticar y tratar estos problemas, mejorando tanto la función de tu mordida como la belleza de tu sonrisa. Tanto si tienes síntomas leves como graves, te ofrecemos planes de tratamiento personalizados para atender tus necesidades específicas.
A continuación te indicamos algunos de los problemas de ortodoncia más frecuentes que tratamos.
Protrusión de los dientes frontales superiores
Cuando los dientes frontales superiores se extienden demasiado hacia delante (o la mandíbula inferior no lo suficiente), puede afectar tanto al aspecto como a la función de tu mordida. Esta desalineación puede aumentar el riesgo de traumatismos dentales y dificultar una higiene bucal adecuada.
Sobremordida
La sobremordida se produce cuando los dientes frontales superiores se superponen excesivamente a los inferiores. En casos graves, los dientes inferiores pueden llegar a morder el paladar, lo que provoca irritación de las encías, desgaste dental y posibles molestias mandibulares. Con el tiempo, una sobremordida no tratada también puede contribuir a problemas de ATM (articulación temporomandibular).
Mordida cruzada
Una mordida cruzada se produce cuando algunos de los dientes superiores se asientan dentro de los inferiores en lugar de fuera. Esta desalineación puede provocar un crecimiento desigual de la mandíbula, dientes desgastados y dificultad para masticar. Si no se trata, la mordida cruzada puede causar dolor mandibular crónico y afectar a la simetría facial.
Mordisco abierto
Si los dientes frontales superiores e inferiores no se unen al morder, se crea una mordida abierta. Esta afección puede hacer que la masticación sea menos eficaz y puede contribuir a hábitos como la interposición lingual o las dificultades para hablar. Una mordida abierta también puede aumentar el riesgo de desgaste dental y sensibilidad dental.
Hacinamiento
Cuando no hay espacio suficiente para que los dientes erupcionen correctamente, se apiñan o se superponen. Una intervención temprana puede permitir la expansión para crear espacio, evitando potencialmente la necesidad de extracciones dentales. Los dientes apiñados también son más difíciles de limpiar, lo que aumenta el riesgo de caries y enfermedades de las encías.
Espaciado
Los problemas de espacio se producen cuando hay huecos entre los dientes, que pueden deberse a la falta de piezas dentales o a la posición natural de los dientes. Aunque la separación puede ser un problema estético, también puede afectar a la salud y función de las encías. Los espacios grandes pueden hacer que los dientes se desplacen con el tiempo y provocar problemas de mordida.
Prognatismo
El prognatismo se produce cuando el maxilar inferior se extiende más hacia delante que el superior, lo que hace que los dientes frontales inferiores se sitúen delante de los dientes frontales superiores. Esto puede provocar dolor de mandíbula, desgaste desigual de los dientes y dificultades para masticar y hablar. Si no se trata, el prognatismo puede provocar dificultad para respirar y malestar crónico.